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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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24-01-2016

 

Contribución al balance del conflicto de la educación

 

 

 

 

SURda

Fernando Moyano

Opinión

 

No esperes vendaval si caen cuatro gotas,
no esperes que la sal endulce la derrota.
No esperes la señal de las estrellas rotas

Ignacio Copani



Los compañeros de la Izquierda Socialista de los Trabajadores han dado a conocer un Balance sobre este tema. El documento tiene dos méritos innegables.

El primero es su enfoque general, que destaca la importancia del conflicto de este sector en el contexto general de la lucha de nuestra clase en esta coyuntura.

"Esta rica experiencia -dicen los compañeros- debe servirnos para sacar algunas conclusiones y poder preparar mejor las futuras luchas que el 2016 seguro nos aguarda".

En los hechos, los trabajadores de la educación han tomado el lugar de vanguardia en una lucha que abarcará todo un período, mostrando las disyuntivas y las dificultades (políticas, prácticas, organizativas, ideológicas, y también de diferencias internas) que enfrentarán, cada uno en su momento y con los inevitables flujos y reflujos, los distintos sectores de la clase. Esto se debe a las condiciones estructurales de los trabajadores de la educación, dentro de la clase.

El otro mérito del material es proponer la discusión abierta y fraterna sobre las distintas concepciones que se manifiestan en la lucha. Cae por su peso que dicha discusión también incluye la crítica a ese mismo material.

Los compañeros plantean una polémica con otros, y sostienen que el gobierno ha tenido ÉXITO en su acción represiva contra los trabajadores.

"Lo primero en que no coincidimos es en que la represión fue un fracaso. Creemos lo contrario. La represión obligó primeramente al desalojo, que era el objetivo del gobierno, y además criminalizó la protesta procesando a un grupo importante de luchadores que están al día hoy cumpliendo medidas alternativas a la prisión, es decir, trabajos comunitarios".

Por mi parte, en vez de hacer sobre el aspecto represivo un balance desligado ?de ?la confrontación toda, prefiero ir de lo general a lo particular

1. El primer criterio al medir el éxito o fracaso de cualquier campaña, es ver los resultados en relación a los objetivos propuestos

El objetivo del gobierno, además de haber sido explicitado varias veces, se mostró así también en una serie de acciones coherentes. "Hacer mierda a los sindicatos de la educación" significaba, concretamente, usar el escenario de la lucha presupuestaria, que se  sabía inevitable, para debilitar, aislar, desprestigiar y fragmentar esos sindicatos. Y una vez obtenido ese resultado inmediato, utilizar la brecha para avanzar en la reforma educativa. Allí tiene el gobierno su apuesta estratégica, y es la prenda que necesita para consolidar sus alianzas políticas reaccionarias.

A la luz de los resultados, le salió todo mal. No tuvo ningún éxito y la tortilla se dio vuelta. Aparecieron tensiones en el Frente Amplio y el gobierno levantó la esencialidad, otras tensiones en el MEC terminaron en dos renuncias del ala pro-reforma, el sindicato de profesores bloqueó un cambio en la elección de horas y obligó al Consejo a una salida negociada, Tabaré Vázquez fue duramente cuestionado por "falta de autoridad" por sus aliados blancos y colorados y terminó bajando en las encuestas de aprobación. Se metió su cambio de ADN de nuevo en el tubo de ensayo

2. El otro criterio obvio para medir resultados es según las condiciones reales de las que se parte. Qué tanto más se obtuvo por sobre el piso razonablemente esperable. Vistas desde este otro ángulo las cosas son diferentes.

Resulta claro que el gobierno logró su objetivo básico, aprobar una ley de presupuesto con un recorte salarial de los funcionarios públicos. Dentro de ese cuadro general, logró descartar los reclamos salariales de los sindicatos de la educación e imponer una "cláusula de paz".

Hay interpretaciones que dicen que ese era el verdadero objetivo de la esencialidad, quitar la lucha salarial de su foco.
En vista de sus resultados parece una hipótesis temeraria. Nadie prende fuego a su casa para lograr una distracción, salvo una situación desesperada; pero sostener que esa era la situación del gobierno no se corresponde con el cuadro general de las condiciones de la lucha, que todos vemos más o menos igual.

Una evaluación realista de los resultados (sea del "éxito" del gobierno o del "fracaso" de los sindicatos) no puede dejar de lado que eso era más o menos lo esperable.

Hay quienes piensan que la victoria depende de la construcción de una  guerrilla tipo guevarista, otros un partido obrero internacionalista tipo trotskista, otros una insurrección espontánea generalizada tipo anarquista. El asunto es que ninguna de esas tres cosas existe ni por asomo. Y si cualquiera de ellas (que son contradictorias entre sí, además), la que prefiramos, no existe, y además pensamos que es condición previa y necesaria, pues no esperemos triunfos.

De modo que a nuestro entender, bajando a tierra, el gobierno ganó pero estuvo muy lejos de conseguir un knock out. Los sindicatos de la educación perdieron, pero bajo una mirada realista no perdieron mucho en esta batalla que era muy difícil, y están lejos de perder la guerra. Tan mal no salió la cosa.


3. Aquí necesito volver a un aspecto del que ya hablé en una nota anterior. Aunque tuviésemos una evaluación mucho más catastrofista de "derrota aplastante", ni aun en ese caso corresponde achacar esto a la acción de "pequeños grupos" que quieren "empujar al resto" hacia caminos que llevan a una derrota. Por dos razones (además de ser esa versión de los hechos, una repetición de lo que dice la reacción).

Primero porque esos grupos acusados (al igual que los acusadores) son marginales e intrascendentes. Son incapaces de generar un triunfo, y tampoco una derrota . Son incapaces de desviar a la gente, o conducirlas por el camino correcto.

Se toma el efecto por causa. Los grupos "exóticos" son una consecuencia de la confusión general, que obedece a su vez a condiciones históricas y sociales propias del momento, y no a lo que hagan o dejen de hacer los grupos tales o cuales.

Y lo otro, si quiero señalar el error táctico de ?alguno debo tener por mi parte una táctica correcta que esté validada en los hechos.

Cierto, hace cincuenta años apareció en nuestro continente una nefasta "teoría del foco". Yo estuve entre los que nos opusimos a esa orientación, y sostuvimos que el camino correcto era construir un partido proletario revolucionario internacionalista que esté en condiciones de conducir a las masas. Una concepción bastante parecida a la que plantean hoy los compañeros de IST.

El problema es que eso fue hace cincuenta años . El camino del foco guerrillero fracasó. Pero estos cincuenta años tampoco trajeron un triunfo conducido por ese partido, y ni siquiera el partido. De modo que a cierta altura me dio por pensar: ¿No estaré haciendo algo mal?


4. Ahora veamos el tema de la represión. Se desalojó el CODICEN ocupado. Luego se detuvo a algunos militantes, y hubo cinco procesados por "atentado" condenados a cumplir horas de trabajos comunitarios. Esas son medidas represivas, son un atentado contra la libertad de expresión, y son injustas.

¿En serio somos tan pelotudos?
En nuestra militancia internacionalista por los derechos humanos hemos salido a protestar por acciones represivas en varios países. Alcanza mirar al otro lado del charco. Prefiero no hablar de eso, me da vergüenza.

Veamos estas acciones represivas del gobierno frenteamplista en la perspectiva la década. En 2005 hubo una represión violenta en Ciudad Vieja y cinco procesados con prisión por "sedición"; en 2007 un muchacho fue preso por romper un vidrio, también "sedición" ; en 2013 fueron procesados sin prisión por "asonada" cinco militantes que participaron en una protesta masiva en la SCJ, luego la Corte declaró que ese delito es anticonstitucional y el juicio quedó anulado. En 2015 tuvimos estos otros cinco procesados por "atentado", el fiscal no pidió la prisión sino medidas sustitutivas. Podría ser ellos sí estuviesen aprendiendo algo.


Dejémonos de pavadas . 
  El verdadero problema aquí es que estamos perdiendo el tiempo sin saber aprovechar el período "regalado" que todavía tenemos. Estas medidas son -precisamente- para hacernos perder el tiempo.

De nada servirá la protesta contra la represión, la policía está usando el delito para implantar la sociedad de control con el respaldo de la opinión pública
La protesta y los grupos radicales servirán para orientar la búsqueda, además de funcionar al revés. De nada te servirá el pasamontañas, te reconocerán por los datos antropométricos. De nada servirá que firmes con seudónimo lo que escribís en la web, te encontraran por la IP; y si vas al cyber, por la cámara del cyber. Si le sacás la batería al celular, identificarán tu celular y los otros porque quedaron fuera de señal todos juntos.

Y menos todavía servirá esta discusión sobre el avance represivo, mientras la tengamos en estos términos. Voy a terminar el tema de la represión con un chiste basado en la Ley de Murphy.


Un optimista es el que cree que vive en el mejor de los mundos posibles. Pesimista es el que TIENE MIEDO que eso sea cierto.

Yo soy ese pesimista


 
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